Que mejor manera, que iniciar este blog con el monólogo realizado por Segismundo, personaje de la obra teatral más característica del barroco español llevada al papel por el dramaturgo Calderón de la Barca, La Vida es Sueño. La duda del sueño vivido o de la vida soñada no deja de retumbar en la mentalidad de nuestro personaje.
Ea, pues con el sueño de escribir, echamos andar.
Es
verdad; pues reprimamos
esta
fiera condición,
esta
furia, esta ambición
por
si alguna vez soñamos.
Y
sí haremos, pues estamos
en
mundo tan singular,
que
el vivir sólo es soñar;
y
la experiencia me enseña
que
el hombre que vive sueña
lo
que es hasta despertar.
Sueña
el rey que es rey, y vive
con
este engaño mandando,
disponiendo
y gobernando;
y
este aplauso que recibe
prestado,
en el viento escribe,
y
en cenizas le convierte
la
muerte (¡desdicha fuerte!);
¡que
hay quien intente reinar,
viendo
que ha de despertar
en
el sueño de la muerte!
Sueña
el rico en su riqueza
que
más cuidados le ofrece;
sueña
el pobre que padece
su
miseria y su pobreza;
sueña
el que a medrar empieza,
sueña
el que afana y pretende,
sueña
el que agravia y ofende;
y
en el mundo, en conclusión,
todos
sueñan lo que son,
aunque
ninguno lo entiende.
Yo
sueño que estoy aquí
destas
prisiones cargado,
y
soñé que en otro estado
más
lisonjero me vi.
¿Qué
es la vida? Un frenesí.
¿Qué
es la vida? Una ilusión,
una
sombra, una ficción,
y
el mayor bien es pequeño;
que
toda la vida es sueño,
y
los sueños, sueños son.